diumenge, 24 de gener del 2010

ACOSO EN LA ESCOLA JOAN PELEGRI

Al finalizar el primer trimestre del curso 2008/2009 Paula A. C., de 10 años de edad, tuvo que ser sacada precipitadamente de la escuela Joan Pelegrí de Barcelona, tras sufrir acoso escolar de forma reiterada, desde mediados del curso anterior, por parte de un compañero, al que poco a poco se le fueron sumando cuatro de sus, hasta ese momento, amigas de Paula, y con el tiempo, una buena parte del resto de compañeros/as de clase. Además, los padres del instigador, continuaron el acoso fuera de la escuela, hasta la actualidad.

Tras poner en conocimiento de la tutora Sra. R. A. N., y de la directora de primaria, Sra. M. V. R., estos hechos, y viendo que ni ellas, ni nadie del centro, realizaba acto alguno para poner fin a la situación, se puso en conocimiento de Inspecció del Departament d’ Educació, y después de solicitar a la dirección del centro la intervención de una mediación profesional, que no se llevó a cabo, y, observando la repercusión cada vez más negativa que se estaba produciendo en el estado emocional de Paula A.C., los padres procedieron al cambio de escuela, sin ningún tipo de intervención, ni de respuesta, por parte del departament d’Educació.

Con esta actuación se consigue que desaparezca el acoso escolar dentro de la escuela, pero no el hostigamiento por parte de los padres del menor instigador fuera de ella. Por este motivo se decide presentar denuncia a la policía, y posteriormente al Juzgado de Guardia de Barcelona. Igualmente se decide presentar denuncia administrativa ante el departament d’ Educació por la omisión del deber de salvaguardar la integridad física y emocional de la menor por parte de la Escuela Joan Pelegri, aún a sabiendas que la administración tiende a minimizar o negar estos casos (ya se sabe que en Catalunya todo funciona a la perfección gracias a la actuación de los poderes públicos).

La omisión por parte de la Escuela Joan Pelegrí de cualquier actuación para poner fin a la situación fue patente, y también la coacción a la menor, acusándola de mentir, y amedrentándola con frases tipo "con esta actitud sólo haces que preocupar a tus padres y a mí (tutora)", siendo la única medida que se tomó la de realizar una entrevista con Paula por parte de la profesora de formación religiosa de la escuela, en la que instó a Paula " a hacerse amiga de los niños que la acosaban". Es sabido por todos los profesionales de la salud mental, que castigar por igual a víctimas o acosadores, u obligarles a entenderse por el medio de forzarles a estar juntos no es nunca la solución, y lo único que hace es agravar el problema. Destacar también el hecho de que el día que se comunico la baja de Paula del centro, la directora de primaria del mismo, comenta a los padres "que esa misma mañana se había puesto en contacto con el Equipo de Atención Primaria (EAP)", para que interviniera en el caso.

Una de las características de la situación de acoso, no es sólo el maltrato físico y psíquico al cual están sometidos las víctimas, sino la situación de indefensión y falta de apoyo en la que se encuentran debido al silencio y al hecho "que nadie ve nada", lo que se conoce como los testigos silenciosos. Es también sabido que la clave del control de las situaciones de acoso está en los testigos silenciosos, que dejan que ocurra la situación de acoso, y aquellos que corean a los acosadores, bien por protegerse ellos mismos del acoso o por estar en el bando vencedor, pero sin verdadera intención de acosar. En este aspecto se demuestra la patente falta de profesionalidad por parte de la tutora y directora pedagógica de la Escuela Joan Pelegrí, negándose a ver (o siendo incapaces de ver, que todavía sería peor), lo que estaba sucediendo. Cabe recordar que en ese mismo año, otra alumna, del mismo curso, pero de otra clase, también tuvo que abandonar la Escuela Joan Pelegrí, por acoso escolar.

La inspectora del departament d’Educació, Sra N. E., basa el informe sobre la denuncia, en "las acciones inspectoras pertinentes y necesarias cerca del centro", donde ni siquiera hizo un intento de entrevista con Paula, en la cual según sus palabras, en una entrevista posterior, "vio (a distancia) una niña normal en clase, que luego jugaba en el patio" obviando los informes aportados de una psicóloga forense, y del pediatra, que según sus palabras "me los creo porque firman con un número de colegiado, pero yo no soy psicóloga clínica para poder valorar la situación".

Vista la actuación por parte del departament d'Educació se formula queja ante el Síndic de Greuges de Catalunya, quien a finales del mes de noviembre de 2009 dicta resolución en la que expone que: "de toda la información que se dispone, se desprende que sucedieron hechos que afectaron a la alumna Paula, la cual presentó síntomas de sufrimiento que tenían que ver con la relación con sus compañeros, recordando que hay hechos probados, entre otros, el trato recibido por la alumna por parte de los compañeros, continuado en el tiempo, que no fue detectado ni reconocido por el centro docente, lo cual provocó una falta de reacción a la situación, así como el cambio observado en Paula, con el cambio de escuela, a todos los niveles."

La Resolución acaba concluyendo que. "se observa una falta de actuación proactiva en defensa de los derechos de la alumna Paula, en aplicación del artículo 11 del Decret de drets i deures dels alumnes, en lo relativo al derecho de la protección contra toda agresión física, emocional o moral, y del artículo 19, del derecho a la protección de los derechos del alumnado."
Actualmente, el caso se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona, dado el hostigamiento, por parte de los padres del menor instigador, tanto en los trayectos de vuelta de la escuela (da la mala coincidencia de que viven muy cerca), como de otras formas de acoso, que todavía no se comentan puesto que están siendo objeto de un proceso judicial.

Queremos denunciar estos hechos ante la opinión pública, para que se tomen de una vez por todas, las medidas adecuadas a estos casos cada vez más frecuentes en nuestra sociedad, y que se profesionalice el abordaje de estos casos por parte de la Inspecció del departament d’ Educació y por parte de los centros escolares, para que no sea necesario llegar a la vía judicial, como sucede en este caso y como ha sucedido en tantos otros, incrementando el colapso en que se encuentra la Justicia.

ACOSO DENTRO Y FUERA DE LA ESCUELA JOAN PELEGRI DE BARCELONA


Al finalizar el primer trimestre del curso 2008/2009 Paula A. C., de 10 años de edad, tuvo que ser sacada precipitadamente de la escuela Joan Pelegrí de Barcelona, tras sufrir acoso escolar de forma reiterada, desde mediados del curso anterior, por parte de un compañero, al que poco a poco se le fueron sumando cuatro de sus, hasta ese momento, amigas de Paula, y con el tiempo, una buena parte del resto de compañeros/as de clase. Además, los padres del instigador, continuaron el acoso fuera de la escuela, hasta la actualidad.


Tras poner en conocimiento de la tutora Sra. R. A. N., y de la directora de primaria, Sra. M. V. R., estos hechos, y viendo que ni ellas, ni nadie del centro, realizaba acto alguno para poner fin a la situación, se puso en conocimiento de Inspecció del Departament d’ Educació, y después de solicitar a la dirección del centro la intervención de una mediación profesional, que no se llevó a cabo, y, observando la repercusión cada vez más negativa que se estaba produciendo en el estado emocional de Paula A.C., los padres procedieron al cambio de escuela, sin ningún tipo de intervención, ni de respuesta, por parte del departament d’Educació.


Con esta actuación se consigue que desaparezca el acoso escolar dentro de la escuela, pero no el hostigamiento por parte de los padres del menor instigador fuera de ella. Por este motivo se decide presentar denuncia a la policía, y posteriormente al Juzgado de Guardia de Barcelona. Igualmente se decide presentar denuncia administrativa ante el departament d’ Educació por la omisión del deber de salvaguardar la integridad física y emocional de la menor por parte de la Escuela Joan Pelegri, aún a sabiendas que la administración tiende a minimizar o negar estos casos (ya se sabe que en Catalunya todo funciona a la perfección gracias a la actuación de los poderes públicos).


La omisión por parte de la Escuela Joan Pelegrí de cualquier actuación para poner fin a la situación fue patente, y también la coacción a la menor, acusándola de mentir, y amedrentándola con frases tipo "con esta actitud sólo haces que preocupar a tus padres y a mí (tutora)", siendo la única medida que se tomó la de realizar una entrevista con Paula por parte de la profesora de formación religiosa de la escuela, en la que instó a Paula " a hacerse amiga de los niños que la acosaban". Es sabido por todos los profesionales de la salud mental, que castigar por igual a víctimas o acosadores, u obligarles a entenderse por el medio de forzarles a estar juntos no es nunca la solución, y lo único que hace es agravar el problema. Destacar también el hecho de que el día que se comunico la baja de Paula del centro, la directora de primaria del mismo, comenta a los padres "que esa misma mañana se había puesto en contacto con el Equipo de Atención Primaria (EAP)", para que interviniera en el caso.


Una de las características de la situación de acoso, no es sólo el maltrato físico y psíquico al cual están sometidos las víctimas, sino la situación de indefensión y falta de apoyo en la que se encuentran debido al silencio y al hecho "que nadie ve nada", lo que se conoce como los testigos silenciosos. Es también sabido que la clave del control de las situaciones de acoso está en los testigos silenciosos, que dejan que ocurra la situación de acoso, y aquellos que corean a los acosadores, bien por protegerse ellos mismos del acoso o por estar en el bando vencedor, pero sin verdadera intención de acosar. En este aspecto se demuestra la patente falta de profesionalidad por parte de la tutora y directora pedagógica de la Escuela Joan Pelegrí, negándose a ver (o siendo incapaces de ver, que todavía sería peor), lo que estaba sucediendo. Cabe recordar que en ese mismo año, otra alumna, del mismo curso, pero de otra clase, también tuvo que abandonar la Escuela Joan Pelegrí, por acoso escolar.


La inspectora del departament d’Educació, Sra N. E., basa el informe sobre la denuncia, en "las acciones inspectoras pertinentes y necesarias cerca del centro", donde ni siquiera hizo un intento de entrevista con Paula, en la cual según sus palabras, en una entrevista posterior, "vio (a distancia) una niña normal en clase, que luego jugaba en el patio" obviando los informes aportados de una psicóloga forense, y del pediatra, que según sus palabras "me los creo porque firman con un número de colegiado, pero yo no soy psicóloga clínica para poder valorar la situación".


Vista la actuación por parte del departament d'Educació se formula queja ante el Síndic de Greuges de Catalunya, quien a finales del mes de noviembre de 2009 dicta resolución en la que expone que: "de toda la información que se dispone, se desprende que sucedieron hechos que afectaron a la alumna Paula, la cual presentó síntomas de sufrimiento que tenían que ver con la relación con sus compañeros, recordando que hay hechos probados, entre otros, el trato recibido por la alumna por parte de los compañeros, continuado en el tiempo, que no fue detectado ni reconocido por el centro docente, lo cual provocó una falta de reacción a la situación, así como el cambio observado en Paula, con el cambio de escuela, a todos los niveles."


La Resolución acaba concluyendo que. "se observa una falta de actuación proactiva en defensa de los derechos de la alumna Paula, en aplicación del artículo 11 del Decret de drets i deures dels alumnes, en lo relativo al derecho de la protección contra toda agresión física, emocional o moral, y del artículo 19, del derecho a la protección de los derechos del alumnado."
Actualmente, el caso se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 26 de Barcelona, dado el hostigamiento, por parte de los padres del menor instigador, tanto en los trayectos de vuelta de la escuela (da la mala coincidencia de que viven muy cerca), como de otras formas de acoso, que todavía no se comentan puesto que están siendo objeto de un proceso judicial.
Queremos denunciar estos hechos ante la opinión pública, para que se tomen de una vez por todas, las medidas adecuadas a estos casos cada vez más frecuentes en nuestra sociedad, y que se profesionalice el abordaje de estos casos por parte de la Inspecció del departament d’ Educació y por parte de los centros escolares, para que no sea necesario llegar a la vía judicial, como sucede en este caso y como ha sucedido en tantos otros, incrementando el colapso en que se encuentra la Justicia